ALERTA AGROQUÍMICOS

La corte suprema de justicia de Santa Fé investiga las causas de la masiva mortandad que desde diciembre afecta a la fauna acuática del río que atraviesa el sur de la provincia. Ambientalistas de la zona insistieron en que esa mortandad tiene que ver con la presencia de estas sustancias.

Actualidad - Local 02/02/2021 Redacción Redacción
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El Laboratorio de Ecotoxicología de la Universidad Nacional del Litoral (UNL) registró la presencia de herbicidas -glifosato y ácido 2,4-D- y un insecticida -clorpirifos- en peces del río Salado. Según detalla el informe, el herbicida 2,4-D, junto con el glifosato y la atrazina “son los agroquímicos más empleados en el país”, principalmente en la fase previa a la siembra de soja y maíz transgénicos.

“Aunque no sea la causa directa de muerte, hay que estudiar el impacto de estas sustancias que no deberían estar ahí”, explicó a Página/12 Barraguirre y aclaró que se trata de “ver la película completa”. El informe advierte que “no se puede descartar” que la presencia de agroquímicos “no esté afectando la supervivencia de peces en condiciones ambientales extremas”, como la bajante extraordinaria que el río Salado sufre desde diciembre, un fenómeno que no ocurría a este nivel hace más de 50 años.

La Multisectorial, que engloba a especialistas de distintas profesiones comprometidos con el objetivo de proteger el medioambiente, asegura que la causa de la mortandad de los peces no tiene que ver únicamente con la bajante, sino con la debilidad de la fauna luego de recibir la contaminación de estas sustancias. “La hipoxia existe y existe la bajante del río, pero es parte de la naturaleza que los peces se acostumbren a la falta de agua. El eje del problema es otro”, señaló Manessi, referente del Centro de Protección a la Naturaleza e integrante de la Multisectorial, y explicó que “los peces están contaminados y eso los debilita físicamente”.

Hace más de diez años que los integrantes de la organización reclaman por una actualización o modificación de la Ley 11.273, que regula el uso de productos fitosanitarios en Santa Fe. “Cuando llueve, el agua lava el campo y la correntía con los residuos de agroquímicos va a parar primero a la cuneta, después a las lagunas, los arroyos y termina en el río”, describió Manessi. "Los productores tienen que entender que ya no se puede seguir envenenando el ambiente”, advirtió.

El proyecto para modificar la Ley que regula el uso de agroquímicos, sancionada en 1995, un año antes de que el Gobierno nacional autorizara el cultivo de soja transgénica en la Argentina, está a la espera del tratamiento en la Comisión de Medio Ambiente de la Cámara de Diputados de la provincia. “Santa Fe es la segunda provincia del país con mayor producción sojera, después de Buenos Aires. Utilizamos entre 70 y 80 millones de litros de agrotóxicos por año”, alertó el especialista y agregó que "es una cantidad de veneno muy grande esparcida por todo el campo". El proyecto, firmado por el diputado Carlos Del Frade prevé la prohibición de la fumigación y aspersión aérea de agroquímicos y la restricción de la aplicación terrestre a mil quinientos, dos mil y tres mil metros del ejido urbano, según la clasificación del producto, para el cual existen cinco categorías según los niveles de toxicidad.
En otras provincias, como La Pampa o San Luis, se aprobaron recientemente normas similares para proteger la salud de la población y ecosistema que convive con la producción agrícola. En San Luis, con la norma sancionada en 2016, existe una restricción de 1.500 metros desde la última línea de edificación del trazado urbano, mientras que en La Pampa, desde diciembre del año pasado, la restricción es de 500 metros para la aplicación terrestre y de tres mil para la aérea. "Se está produciendo de una forma que afecta a la salud de las personas", señaló Manessi. Desde la Multisectorial impulsaron otros dos proyectos de Ley para reducir la contaminación con agroquímicos en la provincia: uno de fomento a la producción agroecológica, y otro para reubicar los acopios de granos -silos- donde se almacenan las cosechas. "Los silos quedaron en medio de los pueblos. Cuando se ventea para secar el grano, se esparce la cáscara contaminada por todos lados", explicó el referente.

Seguir investigando

Hasta ahora, el Procurador coincidió con la postura del Gobierno de Santa Fe, que asegura que la causa de la mortandad de los peces es la bajante del río y la falta de oxígeno que sufrieron (hipoxia), pero alertó que el fenómeno requiere de una mayor observación. “El nivel de estrés que tiene la fauna da cuenta de que efectivamente hay algo que los tensiona”, evaluó Barraguirre tras recibir el informe del estudio que a pedido de la Procuraduría lleva adelante el investigador Rafael Lajmanovich, del Laboratorio de Ecotoxicología de la UNL.

En el próximo semestre los investigadores de la UNL seguirán tomando muestras de peces del río Salado para evaluar la evolución de la presencia de agroquímicos, y el impacto que tienen sobre el comportamiento de la fauna acuática. “En base a lo que encontremos, podría haber consecuencias en la regulación del uso de estos productos”, precisó el procurador.

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