El mercado de cereales en España crece con fuerza y se diversifica

Actualidad - Internacional25/06/2025RedacciónRedacción
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El sector cerealista en España atraviesa un momento de expansión sostenida, impulsado por el aumento de la demanda interna, la diversificación de los cultivos y el dinamismo del comercio exterior. Según datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, la producción de cereales en la campaña 2023-2024 alcanzó las 19,8 millones de toneladas, lo que representa un crecimiento del 4,5 % respecto al ciclo anterior. El trigo blando, la cebada y el maíz siguen siendo los tres cultivos predominantes, mientras que crece el interés por variedades como la espelta y el centeno, utilizadas en la industria de panificados y productos saludables.

 

La compraventa de cereales también refleja esta tendencia positiva. En los primeros meses de 2024, las operaciones comerciales han mostrado una mayor agilidad, favorecidas por una mejora en la logística y por acuerdos más estables entre productores, almacenistas e industrias. El Observatorio de Precios del MAPA indicó que el precio medio del trigo duro ha oscilado entre 370 y 390 euros por tonelada, mientras que el maíz se mantiene en torno a los 275 euros por tonelada, cifras que evidencian una relativa estabilidad a pesar de las oscilaciones internacionales.

 

“En el ámbito de la compraventa de cereales, elegir un proveedor confiable y experimentado es esencial para obtener productos de calidad, pagos seguros y asesoramiento técnico”, señalan en Grupo Carrera. La relación entre compradores y vendedores no solo se basa en el precio, sino también en la trazabilidad, el cumplimiento de los plazos y la garantía de que los granos cumplan con los estándares sanitarios y de humedad requeridos. En este contexto, muchas cooperativas y empresas especializadas han fortalecido sus servicios, incorporando controles de calidad en origen, certificaciones y asistencia postventa, lo que favorece la transparencia y la estabilidad en las operaciones comerciales.

 

Uno de los motores clave del crecimiento ha sido la evolución en los hábitos de consumo. La tendencia hacia una alimentación más saludable ha impulsado la demanda de granos integrales, sin refinar, y productos derivados con menor procesamiento. Esto ha generado un cambio en la industria transformadora, que ahora apuesta por líneas de producción adaptadas a estos nuevos perfiles de consumidor. El canal retail también ha respondido con una oferta más amplia y segmentada, visible tanto en supermercados como en plataformas de venta online.

 

Por otro lado, el mercado español se ha fortalecido como actor relevante en las exportaciones. Las ventas al exterior de cebada, maíz y trigo han tenido como principales destinos a países del norte de África y la Unión Europea. Al mismo tiempo, se mantiene la dependencia parcial de la importación de cereales para pienso, especialmente de soja y maíz procedentes de América del Sur y Estados Unidos, necesarios para la ganadería intensiva.

 

El desarrollo de políticas agrarias orientadas a la sostenibilidad también ha incidido en la dinámica del sector. El uso racional del agua, la rotación de cultivos y la digitalización de las explotaciones están siendo promovidos por programas de apoyo a través de la PAC. Estas medidas no solo buscan optimizar el rendimiento, sino también reducir el impacto ambiental de la actividad agrícola. Asimismo, algunas cooperativas han comenzado a implementar sistemas de trazabilidad desde el campo hasta la mesa, mejorando la transparencia para los consumidores.

 

Los desafíos estructurales, como la falta de relevo generacional en zonas productoras y la volatilidad climática, siguen presentes. No obstante, las nuevas generaciones de agricultores están apostando por técnicas de agricultura de precisión, con monitoreo satelital, sensores en campo y sistemas automatizados de riego y fertilización. Estas herramientas están comenzando a cambiar el modelo tradicional de producción cerealista, orientándose hacia una mayor eficiencia y control.

 

El crecimiento del mercado de cereales en España es resultado de múltiples factores que interactúan en forma coordinada. Desde la producción y comercialización hasta la innovación tecnológica y las políticas públicas, todos los eslabones de la cadena están mostrando capacidad de adaptación. Este panorama abre nuevas oportunidades para pequeños y medianos productores, que encuentran nichos específicos en un mercado más segmentado. La evolución del sector confirma que, con planificación y acceso a herramientas adecuadas, es posible seguir consolidando una actividad agrícola sólida, rentable y en constante actualización.

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