
De Basurero a Bosque solo por un hombre
Cuando leía la historia de Sehmus Erginoglu, un hombre dedicado al transportismo en Turquía, que decidió darle un vuelco a su vida al convertir un enorme basurero en un inmenso bosque en medio de la ciudad, me preguntaba que lo habria motivado. 26 años de su vida dedicados a esto, sin paga, dedicando su tiempo a la naturaleza y satisfecho de pensar que sus acciones han traído alegría a otras personas. Necesitamos mas Sehmus Erginoglu y menos egoismo para con el medio ambiente. Te cuento su historia.
Naturaleza 10/04/2021


La historia de Sehmus Erginoglu es una verdadera historia de amor a la naturaleza.
Hace unos 26 años atrás, Sehmus Erginoglu, un hombre dedicado al transportismo en Turquía, decidió darle un vuelco a su vida al convertir un enorme basurero en un inmenso bosque en medio de la ciudad. A lo largo de los años se encargó de tejer una relación sana con la naturaleza y el resultado enorgullece a cualquiera.
Al sur de Turquía, en Mardin, el hombre que ahora tiene 71 años comenzó escombrando la basura en una zona baldía. Desde luego que la tarea no resultó sencilla, años de escombros depositados en el lugar no se remueven de un día para otro y menos cuando la tarea titánica la cumple solamente un hombre. Pero finalmente el terreno estuvo listo para plantar árboles jóvenes.
Durante años, el hombre se encargó de darle vida a lo que algún día fue un basurero de Turquía, pero que con el gran esfuerzo y amor, logró resurgir en un hermoso bosque. Hoy en día el sitio alberga al menos 11 mil árboles y miles más plantados en áreas circundantes. Erginoglo logró darle vida a un terreno aparentemente perdido, no sólo lo reforestó, sino que también se encargó de la construcción de al menos 50 pozos de manantiales en la zona. Mismos que utiliza para mantener hidratado el bosque.
El hombre comenta que trabaja arduamente sin paga y por el placer de cuidar de la naturaleza. “No gano dinero con esto, pero me da felicidad. Cuando los árboles dan frutos, la gente viene aquí. Comen fruta y se sientan bajo los árboles y se vuelven felices”, dice.
En total, Sehmus estima que ha plantado alrededor de 30 mil árboles a lo largo de toda su vida. Aparte de la formación de su pequeño gran bosque, también se ha dedicado a plantar árboles en zonas circundantes de Mardin y otras aldeas vecinas. Y pese a que él ha renunciado a la compañía humana y prefiere dedicar su tiempo a la naturaleza, le trae satisfacción pensar que sus acciones han traído alegría a otras personas.
“Cuando la gente muere, no pueden llevar su dinero a la otra vida, pero el bien que hacen viene con ellos”.
Sehmus invierte sus ahorros ganados en su época de chofer en Turquía para cuidar del bosque. Aunque también ha recibido ayuda del gobierno que le han proporcionado árboles jóvenes para plantar. Trabaja durante los días soleados y en los lluviosos le deja a la naturaleza la labor de alimentar a sus amigos arbóreos.
Traerle vida de nuevo al bosque se convirtió en su proyecto desde hace 26 años y diariamente acude a cumplir con su noble labor. Sin pensarlo, Erginoglu se convirtió en un activista auténtico que invierte todo su esfuerzo en acciones creadoras y positivas para el medio ambiente. Sin duda, su historia es una digna de contar para reverdecer conciencias y demostrar que la naturaleza puede converger con nuestras vidas de las formas más bellas.
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