Los manglares proporcionan 855.000 millones de dólares en servicios de protección contra inundaciones costeras en todo el mundo.
El 6 de agosto de 1945 a las 8:15 horas, Estados Unidos lanzaba a su “Pequeño niño” o “Little boy”. La primera bomba atómica de la historia detonada contra población civil, que ni siquiera fue probada y que arrasó con la ciudad japonés de Hiroshima. Instantáneamente murieron 80 mil personas, y otras 50 mil más lo harían después, por consecuencia de las secuelas y las radiaciones. La ciudad quedó devastada en un área de 10 km2. La explosión se sintió a más de 60 km de distancia. Dos tercios de los edificios de la ciudad, unos 60.000, quedaron reducidos a escombros.
Tres días después, soldados estadounidenses en un segundo avión bombardero, lanzaron otra bomba atómica sobre Nagasaki, esta vez provocando 40 mil víctimas mortales. En total, unas 214.000 personas murieron por el efecto directo de la explosión de las bombas de Hiroshima y de Nagasaki y las consecuencias de la radiación siguieron impactando hasta el día de hoy sobre la población, provocando todos los años miles de nuevas muertes.
Este domingo como todos los años, se realizará un acto de rememoración en el Parque Monumento a la Paz de Hiroshima, donde se hará un minuto de silencio en homenaje a las víctimas, en esos 60 segundos fatídicos, en que se lanzó la bomba. En este lugar se encuentra el Memorial de la Paz de Hiroshima, también conocido como la Cúpula de Genbaku, que está formado por parte de la estructura del único edificio que permaneció en pie y en donde miles de familiares piden por sus muertos.
El año pasado la ceremonia fue presidida por el Primer Ministro Nipón Fumio Kishida , representantes de 99 países y de la ONU con su Secretario General António Guterres, quienes pidieron el cese de una nueva carrera armamentista. El principal homenaje fue para las 4978 nuevas víctimas que han muerto en el último año, con lo que el total oficial sumó hace un año, la impensada cifra de 333.907 personas fallecidas.
Todos los 6 de agosto, se recuerda este trágico día en distintos lugares del mundo con diferentes actos y manifestaciones, pero todos con una sola consigna que eleva voces continuas, contra la prohibición de armas nucleares y por la paz mundial definitiva.
Europa por la Paz es uno de los precursores y principal motor de estos eventos, manifestando nuevamente este año, su preocupación por la escalada mundial y el creciente armamentismo y militarismo con nuevas centrales nucleares. Pero sobre todo, convocando a organizaciones, asociaciones y personas en general, a agruparse y unirse para reclamar ese día desde su lugar, por la paz mundial y para decirle a los poderosos y a los belicistas que no tienen el futuro en sus manos. Invitándolos a hacer de este 6 de agosto un día diferente, con el mensaje de que la única posibilidad de evitar lo peor reside en el despertar del ser humano y en la capacidad de los pueblos para organizarse. Un día en que millones de personas puedan ayudar a convertir en realidad los preceptos del Nuevo Humanismo, que pone al ser humano como valor central de modo que nada ni nadie esté por encima de él, a la no violencia activa como metodología de acción y al valor de la vida sobre todas las cosas.
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