Por la recuperación de Humedales arrasados en españa

La laguna de Antela, situada en el curso alto del río Limia (Ourense), estuvo entre las tres lagunas interiores más grandes de la península, junto a la de La Janda (Cádiz) y La Nava (Palencia). Las tres fueron desecadas en los años sesenta del pasado siglo para favorecer la implantación de la agricultura intensiva, en lo que constituye, sin duda, uno de los mayores atentados ecológicos contra nuestros humedales de la historia.

Actualidad - Internacional 02/02/2021 Greenpeace españa
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Foto: Greenpeace

Hoy se celebra el Día Mundial de los Humedales*. La importancia de los mismos ha sido minusvalorada desde hace años. Por eso, en nuestro país han desaparecido más del 60% de ellos fruto de la acción humana. El agua y los humedales están unidos de una manera inseparable y son fundamentales para la vida, la salud del planeta y para nuestra supervivencia al ser una de las fuentes que más agua dulce, en cantidad y en calidad, nos proporcionan.

La actividad humana junto con el cambio climático están poniendo en peligro incluso el futuro de humedales icónicos como son Doñana, las Tablas de Daimiel o el Mar Menor. Con motivo de este día Greenpeace quiere recordar la importancia de seguir preservando y recuperando todos los humedales y las zonas inundadas en peligro.

Antela (Ourense)
Las aproximadamente 3.500 hectáreas de superficie de Antela constituían la joya de un humedal, el de A Limia, que se acercaba a las 8.000 hectáreas. A la desecación y canalización de los cursos fluviales, la implantación de cultivos intensivos, las concentraciones parcelarias, la deforestación y la minería a cielo abierto para la extracción de áridos, se ha unido en los últimos 20 años el desarrollo de la ganadería industrial a gran escala y con enorme impacto en el medio ambiente. Es necesario apuntar que, aunque la pérdida de la laguna significó una catástrofe para la biodiversidad, que supuso por ejemplo la extinción del ánsar común como reproductor en la Península Ibérica, la llanura de A Limia aún sigue siendo un humedal clave para muchas especies animales y vegetales ligadas al medio acuático, así como para varios hábitats prioritarios a nivel comunitario.

En su informe “Coren contra Manuel, un caso de SLAPP en la campiña gallega”, Greenpeace ha constatado, con la ayuda de la Sociedade Galega de Historia Natural y el Movemento Ecoloxista de A Limia, la existencia en la zona de una carga ganadera exagerada, sin base territorial suficiente para absorber la sobreproducción de purines y estiércoles, que son repartidos por grandes extensiones de tierra en cualquier época del año y quedan expuestas al aire libre. La situación, en la que la integradora Coren y la inacciones de la Xunta de Galicia tienen una enorme responsabilidad, ha generado la contaminación con nitratos, fósforo y otros compuestos de las aguas superficiales y subterráneas, poniendo en peligro no sólo el medio ambiente, sino también la salud de las personas, con numerosos episodios de eutrofización de embalses y contaminación de aguas para el consumo humano. El desarrollo de la ganadería industrial ha sido, además, paralelo a la pérdida de población rural en la comarca de A Limia.

Especialmente grave ha sido también la presión ejercida por la industria de la ganadería industrial hacia activistas e incluso científicos que han levantado la voz por la insoportable situación ambiental en A Limia. La empresa Coren, emprendió acciones judiciales contra Manuel García en febrero de 2020, amenazándole con una demanda por un millón de euros por acusarle de contaminar las aguas de la comarca.

Greenpeace ha propuesto una serie de medidas para recuperar el humedal de A Limia y la laguna de Antela, que entre otras muchas incluyen una moratoria a la ganadería industrial y un plan de transformación hacia la ganadería extensiva y la agricultura ecológica, la declaración de Zona Vulnerable a los Nitratos, un Plan de Desarrollo Rural Sostenible tanto para la ZEPA de A Limia como para su zona periférica de protección y la regeneración de las zonas inundables, o veigas, de la comarca.

La Janda (Cádiz)
La conocida como Laguna de la Janda es un sistema lagunar formado por un conjunto de humedales. Recibe el nombre de uno de ellos, que es además el que le da nombre a la comarca. Esta Laguna, antes de que fuera desecada para crear terrenos de cultivo, era considerada el humedal interior con mayor extensión del estado español, albergando un alto grado de biodiversidad y con una importancia clave para las aves migratorias, dada su ubicación en en el Estrecho de Gibraltar. El sistema lagunar, compuesto por varias lagunas, llegó a alcanzar una superficie máxima de inundación de 7.000 hectáreas, y la Laguna de la Janda, llegó a tener una longitud de 10 kms de largo y 4 kms de ancho. La grulla común tenía en esta laguna su única colonia reproductora en el sur de Europa. Hoy día, a pesar de la desecación, persiste una pequeña laguna cuando hay episodios de lluvias abundantes, lo cual hace que siga manteniendo excepcionales valores ornitológicos.

La historia de la desecación de esta laguna es una muestra del poder que ejercen determinadas familias terratenientes de la zona sobre la tenencia de la tierra y está llena de vericuetos legales. Aunque las primeras referencias al deseo de desecar esta laguna para terrenos de cultivo se remontan al Siglo XIX, no será hasta 1946, cuando el gobierno franquista autorizó a la empresa privada Colonias Agrícolas S.A. una concesión para ello. En 1947, con anterioridad a que comenzaran las obras, se lleva un deslinde de los terrenos que podían ser desecados. Más de 9.000 hectáreas de las cuales 6.300 correspondían a dominio público. Antes de que se culminase el proyecto de desecación, el Ministerio de Obras Públicas, dicta un decreto para que se procediera al rescate por parte del Estado de la concesión que en su día había sido otorgada. Este decreto ordena la devolución al Estado de los terrenos de dominio público que habían sido concedidos. Esta devolución nunca se produjo, quedando estos terrenos aún hoy día ocupados en manos privadas para aprovechamiento agrícola intensivo. Aprovechamiento por el cual reciben incluso ayudas de la Política Agraria Común.

Aunque la Asociación de Amigos de la Laguna de La Janda ya inició su andadura para reivindicar la restauración de este espacio en 1994, fue en 2018 cuando se sumaron a esta asociación una alianza de organizaciones, formada por Ríos Con Vida, AGADEN, Ecologistas en Acción, SEO BirdLife, Greenpeace y WWF. Esta alianza nace al albur de una investigación realizada por Pedro Brufao Curiel publicada en la Revista Andaluza de Administración Pública en la que se demuestra que esta laguna es una zona de dominio público hidráulico, ilegalmente ocupada por cinco terratenientes, con la complicidad de la Junta de Andalucía y el gobierno central.

Por todo esto, Greenpeace, junto a estas otras organizaciones demandamos que el Gobierno de España y la Junta de Andalucía pongan en marcha a la mayor brevedad los procedimientos administrativos necesarios para hacer efectiva la recuperación de la titularidad pública de las Lagunas de La Janda. Igualmente hemos solicitado que se redacten y ejecuten los proyectos necesarios para la restauración, atendiendo a criterios ecológicos, de una parte representativa de los humedales antaño existentes en la depresión tectónica de la Janda. Una vez restaurados los humedales, demandamos que se doten de protección legal mediante su inclusión en la red europea de espacios naturales Natura 2000 los humedales restaurados. Por último, que se estipulen medidas para favorecer que el aprovechamiento del territorio en la comarca de la Janda, y muy especialmente en el entorno de sus humedales, se realice de modo armónico y respetuoso con el patrimonio natural y el respeto a los ecosistemas.

La Nava
La laguna de La Nava (Palencia), también conocida como Mar de Campos, era el corazón de un humedal estepario de más de 5.000 hectáreas, que también fue desecado para usos agrícolas. A partir de 1990 se emprendieron diversas labores de regeneración que han conseguido recuperar casi 500 hectáreas del humedal perdido, demostrando que es posible no sólo conservar humedales, sino también regenerarlos.

Recientemente colectivos de estos tres valiosos enclaves peninsulares se han unido alrededor de un manifiesto, suscrito también por Greenpeace, y una serie de propuestas reclamando acciones decididas y recuperar estos tres humedales para nuestro patrimonio natural.

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