¡Greenpeace denuncia deforestación!

Lo que antes eran bosques primarios habitados por especies emblemáticas como el orangután y el tigre ahora son extensiones monocromas gestionadas por grandes empresas fabricantes de materia prima que luego venden su producto a otras multinacionales, todavía mayores, que los acabarán empleando para la fabricación de biocombustibles, como aditivo en infinidad de productos alimentarios y en sectores como la cosmética, la limpieza y la farmacia.

Naturaleza23/02/2021 Greenpeace
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El aceite de palma es una de las principales causas de deforestación del planeta. La asociación ecologista pide a las multinacionales que empleen productos certificados como respetuosos con el medio.

Miles de hectáreas de selva tropical se pierden cada año en Borneo, Sumatra y Nueva Guinea, entre otros territorios, fundamentalmente en Asia, para dejar paso a plantaciones de palma aceitera o 'Elaeis guineensis', una palmera de origen africano y rápido crecimiento cuyos dátiles son muy ricos en aceite. Hasta hace 30 años, la palma era esencialmente un producto de subsistencia del que dependían muchas poblaciones, pero los países occidentales han disparado la demanda y ello ha tenido un efecto perturbador sobre el medio.

Lo más efectivo para reconvertir el terreno es crear grandes incendios que abren el paso a los buldóceres, muy a menudo con la permisividad de las autoridades locales. Indonesia y Malasia, los principales productores de aceite de palma en el mundo, se cuentan también entre los países más afectados por la deforestación. En muchas ocasiones, el crecimiento ha sido acelerado: en el Sudeste asiático, por ejemplo, el 45% de las plantaciones de palma aceitera analizadas en el año 2016 provenían de áreas que eran bosques en 1989, según un estudio con imágenes de los satélites Landsat publicado por investigadores de EEUU y Brasil.

"NO PRETENDEMOS ESTIGMATIZAR EL ACEITE DE PALMA"

"Nosotros no queremos estigmatizar un producto del que vive y se alimenta tanta gente desde hace mucho tiempo -insiste Miguel Ángel Soto, especialista en bosques de la asociación Greenpeace-. El aceite de palma no es malo en sí mismo, sino porque su cultivo industrial contribuye a la deforestación. La polémica sobre la salud no existe en los países productores". Tailandia, Colombia, Nigeria, Ecuador, Honduras, Ghana y Perú son asimismo importantes productores, pero a gran distancia de Indonesia y Malasia.

Soto recuerda que los males atribuidos a esta oleaginosa tan habitual, que compite con la soja como la primera fuente de aceite en el mundo, son debidos al procesamiento y al abuso que se hace de ella en los países desarrollados. Lo esencial es que casi la mitad de los aceites grasos de palma son saturados, lo que significa que su consumo de forma continuada puede aumentar el colesterol LDL, entre otros problemas.

"Hay que garantizar que la producción de aceite de palma se realiza sin deforestar nuevos territorios", añade Soto. Greenpeace, que lleva años denunciando el problema, ha elaborado diversas listas con el grado de compromiso de grandes multinacionales.

IMPULSO DEL PARLAMENTO EUROPEO

Los ecologistas tienen apoyos. El Parlamento europeo aprobó el pasado martes en Bruselas, con 640 votos a favor, 18 en contra y 28 abstenciones, un informe que identificaba el aceite de palma como una de las principales causas de deforestación y abogaba por su eliminación de los biocarburantes para el 2020. El documento insta a la Unión Europea a tomar un papel más activo en la limitación de estas prácticas evitando cualquier respaldo a políticas perjudiciales y solicitando el apoyo a los países en desarrollo para que puedan garantizar la defensa de sus hábitats naturales y las comunidades que las habitan. Cada europeo consume una media de unos 60 kilos al año de aceite de palma. Y España es el tercer país europeo en consumo per cápita.

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